Thursday, December 18, 2008

Encantadora

Que te conozco, hace poco,

Mas ese tiempo me ha encantado

Y sé que sin ti estaría loco.

Nunca sabrás lo que me has dado.

 

Eres lucero apasionado

Cuando tú giras, bailarina,

Tirando fuego y luz divina

Dejas el mundo iluminado.

 

Dondequiera que andes floreces,

Azucena provocadora.

El amor de todos mereces

Por ser chica encantadora.


This was written for my wonderful English friend, Miss Katie Newton. Katie, te quiero, por y para siempre.

Gravedad

Fuerza divina, entre

Los cuerpos celestiales y las estrellas,

Aun más entre vos y yo

Y nuestros corazones,

Establece poder inescapable.

¿Cómo se establece este vínculo?

Cuerdas invisibles, quizás no veás;

Etéreas, mas fuertes.

No de acaricio, que no te he tocado,

Tampoco de vista; no te he mirado.

Pues ¿cómo? me pregunto,

¿Cómo es que siento yo fuerza tuya?

De voz, y sólo de vos.

Así, será tu voz ese vínculo,

Cuerdas vibrantes tuyas,

Las que se entrelazan sobre mi corazón.

Me envuelven y me atraen.

Los estudios dicen que con distancia

Esta fuerza atractiva debilita y

Con masa se refuerza.

Pues qué masivo será la voz tuya,

Que me alcanza a mí, todavía fuerte

Aun tan lejos de vos estoy.

¿Qué pasará al verte; tocarte,

Si ya te siento tan vívidamente?

Una colisión, por atracción fuerte.

Verde

Lluvia cálida cae bajo cielo asoleado.

Gotas melancólicas de azul cristal lloroso.

Brilla el amarillo sol; las calienta a distancia.

Una brisa efémera sopla más allá de mí.

Azul llovioso junto al amarillo fogoso

Se mezclan en el viento y forman verde harmonioso

Verde vivo y arbóreo, color del crecimiento,

Verde vivaz que es capaz de calmar los sentidos.

Y me pongo a contemplar tras dos horas mojadas

A mí, a ti, y a lo nuestro; lo que era, es y será.

Si yo soy aquél azul de fuerza o de tristeza…

Si eres un amarillo de luz o cobardía…

Cuando de nuevo sople el viento entre agua y sol,

¿Hará verde pagana o verde cristiana?

Difusión

En una taza se hunde

Un cubito azucarado

De cristales granizado,

Blanco manchado del café.

 

Por el calor se derrite;

Él le obliga que, abundante,

Forma perfecta le quite,

Poco a poco, mas constante.

 

Ahora dulce el café amargo,

Vida, historia, heredada,

Por difusión, viaje largo,

Un cubito, un grano, un nada.

Catalejo

 Todo prisionero en jaula circular,

Redonda, perfecta, envuelve todo, que

En simetría no puede comparar.

Torcidas las cosas las suele dejar.

 

La orilla me ha liado

En su red de ríos rojos.

En locura he confiado,

Líneas curvas, ramos cojos.

 

El centro sí, es el enfoque,

Bola zafira, isla negra.

¿Lo veo yo? Sí, y me alegra,

Pero adentro siento un choque.

 

La jaula encarcela lo que ve,

De montaña a pequeñita roca.

Detalle veo, sí, yo lo sé,

Mas sé que el detalle no se toca.

Fénix

Se cree constante el tiempo,

Error, que el amor lo tuerce,

Así se va con el viento.

Fuego fiero, venenoso,

Te mata o te pone bien, ¿no?

Aun luego, hecho cenizas

El corazón, dolor lento,

Vuelve a quemarse la llama

Que tú sientes y yo siento.

Las cenizas viejas se van

Con el tiempo en el viento,

Porque así es el amor, Fénix,

Muerte y Renacimiento.