Sunday, February 21, 2010

 Este romance es un proyecto para mi clase de obras maestras peninsulares:

El rey sin reino



¡Helo, helo, por do viene!
Orgullosa alma de sapo
Que le arruga la mente,
Galán de galanes, claro,
Por su proprio decreto,
Sin corazón coronado,
Y de ninguno amado.
El que en un acto vano
Lo perdió todo, el pobre,
Por tragedia inesperado.
Qué triste es la historia suya
Que antes quedaba callado,
La historia del rey sin reino.
Era rico, sí, y bien dotado
Con hectáreas de tierra
Y nombre aristocrático.
Mas bien helo por exclamar
Que todo le fue heredado.
Adentro estaba vacío
Mas con soberbia llenado.
Un día de paseo él la vio,
La princesa Alexandra,
El ángel de Cataluña,
Bella con su piel nevada
Y sus ojos azules que
La vista de él clavaban.
La quiso a primera vista,
Mas ella era la amada
De otro, un príncipe verdadero.
Y el rey sin reino, Ricardo,
Cuyo orgullo no aceptaba
Que él no fuera el amado,
Tramó matarlo al príncipe.
El lugar seleccionado
Y la hora en que él lo haría
sería la celebración
de su compromiso con ella.
A la fiesta iba Ricardo,
Trayendo una botellita
De un vino envenenado.
Lo bebería el príncipe,
Esperaba don Ricardo,
Ante todo el reino suyo
Y, con gritos ahogados,
El príncipe moriría.
Mas, por ruina, así no pasó.
En aquesto estando,
Le arrancó la botella
Alexandra, la bella flor.
Y con gritos ahogados,
Ella, la pobrecita, murió.
Y el rey sin reino, Ricardo,
Destruido por de dentro
entre sus lágrimas exclamó:
¡Ay de mí! ¡Mi vida, mi ángel!
¡Mi princesa se me escapó!
Mátenme a mí, ¡estoy muerto!
¡Fui yo! ¡Fui yo quién la mató!