Sunday, October 23, 2011

Cerezal

Las nubes ocultan
El anochecer estival,
Y un ventarrón sopla
Su fría injusticia sobre la tierra.
Deambulo por un cerezal,
Sin saber cómo llegué
Ni lo que buscaba.

Miles de cerezas, con piel bermellón y fresca
Enjauladas en los cristales de infortunio,
Y condenados a un fin precoz.

Agarro una,
Por casualidad,
Una cereza ideal,
Tal como quería que fuera.
Quizás el lente congelado me distorsionara
Un fruto podrido que abajo escondía.
Pero me niego a aceptar tal hipocresía.

Y no puedo evitar preguntar
¿Por qué el frío no la quiso perdonar?
¿Ni esta?
¿Ninguna?
El fruto prohibido se hace perdido.
Si no se cosecha a tiempo.

Paseo por el cerezal,
Buscando señales de vida.
Pero entre el desierto de cerezas,
Estarán todas perdidas.

Mañana, por fin
El hielo se derretirá.
Y volverá con el viento a de dónde venía
Pero el mismo dejará su huella, como eco,
Sobre la fruta que mucho quería.


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